martes, 21 de abril de 2020


COLEGIO NACIONAL SAN VICENTE DEL GUAYAS

El Colegio San Vicente del Guayas tuvo por antecedente al Colegio Nacional, inaugurado el 1 de febrero de 1842 por el gobernador de la provincia Vicente Rocafuerte, en base a un decreto dictado por Juan José Flores el 26 de diciembre de 1841. Por decreto del presidente Vicente Ramón Roca promulgado el 18 de noviembre y sancionado el 4 de diciembre de 1847 fue transformado en Colegio Nacional San Vicente del Guayas, según consta en el No. 132 del 24 de diciembre del mismo año, del que correspondería al Registro Oficial actual. Nombrado así por haber sido consagrado a San Vicente Ferrer, según consta en sus estatutos correspondientes a 1890 y a propósito de la gran reforma educativa instaurada en este plantel.
Teodoro Maldonado González fue su primer rector en 1842, hasta 1863 en que Gabriel García Moreno lo entregó a la regencia de los padres de la Compañía de Jesús desde 1863 a 1875 año en que García Moreno murió asesinado. En 1876 Francisco Campos Coello asumió el rectorado y el 24 de agosto de 1878 Francisco Teodoro Maldonado Cora fue elegido como rector hasta 1884, en que el Canónigo José María Santistevan asumió el cargo. En 1895, al triunfo de la Revolución Liberal, Eloy Alfaro encargó del rectorado a Francisco Campos Coello. Finalmente, Eloy Alfaro por Decreto del 10 de septiembre 1900, sancionado el 18 del mismo mes y publicado en el Registro Oficial No. 1227 del 28 de septiembre del mismo año, se le dio el nombre de su benefactor, Vicente Rocafuerte.
En 1872, con la creación de la Facultad de Derecho, la Universidad de Guayaquil empezó a funcionar en el edificio del colegio, por tal razón el Rector del Colegio Nacional de San Vicente del Guayas, Francisco Campos Coello comunica a la ciudadanía: “Que por resolución del Ilustre Consejo General de Instrucción Pública expedida en sesión de veinte y tres del pasado y  comunicado oficialmente en fecha del veinte cuatro a este rectorado, se convoca para el domingo 4 a las dos de la tarde en el salón de exámenes del Colegio Nacional a todos los doctores residentes en la ciudad con el objeto de elegir al rector y vicerrector de la Universidad del Guayas.” Estas dignidades recayeron en Francisco Javier Aguirre Abad y Dr. Federico Mateus el 4 de esos mes y año.[1]
Igualmente, en 1877 la Facultad de Medicina empezó a funcionar el este plantel. “En la tarde de ayer tuvieron lugar en el colegio de San Vicente los certámenes de medicina correspondiente al presente año escolar. Informes de personas muy competentes nos dicen que los examinados se desempeñaron con el mayor lucimiento hasta el punto de merecer entusiastas aplausos de los concurrentes. Felicitamos a los estudiantes de medicina por los lauros que acaban de conquistar, correspondiendo así al noble afán de sus profesores. Igualmente presentaron sus exámenes los señores Fernando Gómez y Francisco Maldonado sobre ciencia constitucional y ciencia administrativa quedando plenamente aprobado”.[2]
En 1847, por resolución de la Junta de Notables presidida por el gobernador del Guayas, general Antonio Elizalde, a un concurso de ofertas para construcción el primer edificio destinado al San Vicente del Guayas. Dos fueron las ofertas calificadas: la del maestro José Plaza Araujo y la del maestro mayor Juan María Martínez Coello. Asignada a este último con un presupuesto de 32.500 pesos, la obra se inició en junio de 1849.[3] En agosto de 1863, los certámenes públicos de los alumnos del Colegio Nacional de San Vicente se llevaron a cabo de la siguiente manera: gramática latina, gramática castellana y geografía. El 16 Francés y teneduría de libros, y el 23 matemáticas, el 30, último del año escolar, tuvo lugar la solemne distribución de premios iniciada con un acto literario y otro de acción de gracias.[4]
Como era lo procedente entonces, los cursos del San Vicente, al igual que los de las facultades de Derecho y Medicina, se iniciaban anualmente los días 15 de octubre. Consecuentemente, los estudiantes de la secundaria y superior, debían concurrir en los días hábiles de la segunda quincena de mes de septiembre anterior para inscribirse y obtener las matrículas. Según el artículo 41 de la ley de Instrucción Pública vigente, nadie podía ser admitido sin previo examen en las materias de enseñanza primaria que constaban en el artículo 26 de la Ley señalada.
Igualmente, los alumnos cuyos padres estaban interesados en la admisión de sus hijos en el internado, en las fechas señaladas debían pagar 15 pesos mensuales en trimestres anticipados. Asimismo, aquellos que deseaban adquirir los enseres necesarios para el uso del internado.
“En Guayaquil a 28 de octubre de 1878 reunidos en el Colegio Nacional de San Vicente del Guayas los señores Dr. Francisco Aguirre Jado, Rector de la Corporación Universitaria, Dr. Federico Mateus, vicerrector de la misma y rector del Colegio Seminario de San Ignacio, Sr. Teodoro Maldonado, rector del Colegio San Vicente y profesor de matemáticas, Sr. Leonidas del Campo inspector repetidor y profesor de historia y geografía, Dr. Napoleón Aguirre y Dr. Juan Emilio Roca profesores de la Facultad de Jurisprudencia, Dr. Alejo Lascano, Dr. José Julián Coronel, Dr. Pedro José Boloña, Dr. Manuel Pacheco, Dr. Francisco J. Martínez, Dr. Francisco Campos Coello y Dr. Gumersindo Yépez, profesores de ciencias filosóficas, Dres. Manuel J. Vallejo y José Julián Navarro profesores de la Facultad de Ética y Humanidades, Dr. José Francisco Alvarado, pro vicario capitular y rector del Colegio Seminario y José Mateus secretario interno, se procedió por orden del señor rector a dar lectura al Art. 56 de la ley de Instrucción Pública vigente, que establece la de 18 de octubre 1867 sobre juntas universitarias del Guayas y Azuay, y traída a la vista la mencionada ley se leyó el Art. 1 que establece dichas juntas. En su consecuencia se declaró por el señor rector instalada lo corporación universitaria del Guayas conforme la organiza la citada ley. Con la cual se concluyó la presente acta que firman los señores concurrentes con el secretario que suscribe. Siguen las firmas en copia. José M. Mateus. Secretario Interno.”[5]
Una vez posesionado como rector, en su segundo periodo el doctor Teodoro Maldonado no perdió tiempo en dar algunos pasos administrativos. El 24 de octubre de 1878 comunicó al gobernador haber hecho arreglos en el edificio, tendentes a ofrecer comodidad y limpieza a los treinta y tres alumnos matriculados como internos. Entre los cuales figuraban “nueve agraciados por el gobierno con becas costeadas por la nación y que la disciplina y el orden imperan en el establecimiento bajo todo concepto sin restricciones ni medidas represivas que hagan enojosa la condición de escolar interno”.[6] También presenta el presupuesto sueldo de profesores del Colegio, incluyendo el suyo como rector, el de los catedráticos de Jurisprudencia, Medicina y la servidumbre del establecimiento, que arrojaba un total de $873.
Esta es la raíz del centenario Vicente Rocafuerte, cuyo edificio original construido en 1847 por Juan María Martínez Coello, quien aportó 10.000 pesos, al igual que Vicente Rocafuerte y J. J. De Olmedo 10.000 pesos cada uno se incendió en 1902, conocido como el incendio del Carmen, uno de los tantos graves flagelos sufridos por Guayaquil y una segunda vez en agosto de 1918. En ambas oportunidades debió instalarse en el local perteneciente a la Sociedad de Artesanos Amantes del Progreso. 
El edificio fue reconstruido “En la manzana comprendidas por las calles Chile, Clemente Ballén, Pedro Carbo y Aguirre; se construyó a principios de la segunda década del siglo XX, ocupando inclusive los terrenos donde estuvieron el convento y la antigua iglesia de San José “un vasto edificio” de madera, de dos plantas, con galerías exteriores y columnatas rematadas en una sucesión de arcos, de formas clásicas y un frontón triangular remarcando el ingreso” (Lee, Compte y Peralta. Patrimonio Arquitectónico y Urbano de Guayaquil, p. 35, 1989).
Esta es la semilla del centenario Colegio Nacional Vicente Rocafuerte. No sólo en su nombre, sino en su vida institucional está contenida la historia de un importante constructor de la nacionalidad ecuatoriana. Nació en el marco de la guayaquileñidad ilustrada, que desgraciadamente hoy se ha perdido. Fue tal su importancia que en sus instalaciones comenzó a funcionar las primeras clases de la Universidad de Guayaquil. Toda esa historia hoy está perdida, esperando que las nuevas generaciones la recuperen y la proyecten.


[1] En el periódico El Comercio de Guayaquil, en el Nº 341 del 2 de agosto de 1878,
[2] Aviso publicado por El Comercio de Guayaquil, No. 342, el 6 de julio de 1878.        

[3] José Antonio Gómez, Las Calles de mi Ciudad, tomo II, Guayaquil, Edit. Luz, Págs. 129 a 132, 1997.
[4] Semanario “Unión Americana” Año 4, No. 738, 8 de agosto de 1863.
[5] El Comercio de Guayaquil, Nº 366 del 29 de octubre de 1878.

[6] El Comercio de Guayaquil, Nº 366 del 29 de octubre de 1878.

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