Guayaquil en su sitio definitivo
La
situación parecía interminable, 13 años de una serie de traslados, reconstrucciones,
destrucciones. Era como el juego del gato y el ratón, españoles conquistadores
que trasladaban y construían una ciudad, enfrentados a indígenas que resistían
y que destruían esa posesión. Los conquistadores estimaron que esta situación
debía terminar. Por eso nuevamente trasladaron la ciudad destruida hacia otro
lugar.
En
efecto, a principios de 1547, llegó a Puerto Viejo el pacificador Lcdo. Pedro
de La Gasca para someter la rebelión de Pizarro y destituye al gobernador
pizarrista. El 16 de abril de ese año por orden de La Gasca, el capitán
Francisco de Olmos ejecuta al gobernador de Guayaquil, el también pizarrista
Miguel de Estacio. Cumplido lo cual el pacificador continúa su viaje hacia Lima
acompañado de Olmos y escoltado por el capitán Martín Ramírez de Guzmán.
Dejando al padre de este último, Rodrigo Vargas de Guzmán, al mando de la
Guayaquil como Alcalde Ordinario.
Temerosos a las retaliaciones que
pudiera tomar Pedro de Puelles, teniente de Pizarro en Quito, los guayaquileños
consideran la urgencia de mudar la ciudad a un lugar más protegido,
preferentemente en la ribera occidental del Guayas. Esta vez no era el
acosamiento de los indios el que –como en otras oportunidades– los obligaba a
trasladar su pequeño poblado, sino la persecución de sus propios coterráneos.
Pero transportar a todo el vecindario,
su menaje y animales no era cosa sencilla, requerían de balsas de un tamaño
considerable. Pero ¿cómo construirlas rápidamente? si en las inmediaciones de
Guayaquil, situado tras la isla Santay en la ribera oriental del Guayas, nunca
existió la madera de balsa por la salinidad del río.
Aunque vigilantes y atentos a la
defensa de su ciudad, y pese al temor de un ataque inmediato de Gonzalo
Pizarro, no tuvieron otra alternativa que esperar el tiempo que les tomaría
talar la mencionada madera en los bosques de Bulubulo, donde abundaba y cuyo
río desembocaba precisamente por el río de Guayaquil.
Debieron viajar cientos de kilómetros
para alcanzar tales bosques naturales, cortar la madera, descortezarla para que
no pierda su flotabilidad y se pudra rápidamente, luego arrastrarla hasta la
orilla de un río con suficiente caudal, armar las balsas y viajar aguas abajo
hasta Guayaquile.
Por las grandes distancias que debieron
recorrer, la lentitud del viaje movidos solo por las corrientes y el arduo
trabajo que debieron realizar para extraer la madera, asumo que les tomó
aproximadamente tres meses, después del ajusticiamiento de Estacio (16 de abril
de 1547), para construir, adecuar y situar en la ciudad las balsas necesarias
para el traslado del vecindario.
Quien conozca bien el comportamiento
del Guayas en ese sector, coincidirá conmigo en que conducidos por el alcalde ordinario
Rodrigo Vargas de Guzmán, se embarcaron los 150 habitantes con todos sus aperos
y animales. Navegaron río abajo hacia sur de la isla Santay y arrastrados por
la corriente se arrimaron a la Puntilla (antes de llegar a Punta de Piedra).
Amarrados a esa orilla los
conquistadores españoles esperaron la marea creciente y navegando muy cerca de
la orilla donde la corriente es más poderosa, subieron y atracaron en la playa
de piedra que nacía de la falda del cerro Santa Ana. “Y pese a la larga
búsqueda de un emplazamiento adecuado, el lugar elegido finalmente –la ladera
meridional del Cerro de Santa Ana o Cerrillo Verde, en la orilla occidental del
Guayas”.[1]
El tiempo que debió emplearse para
preparar esta fuga masiva, partiendo del 16 de abril de 1547, en que Estacio es
ejecutado, hace muy posible que el nuevo asiento de Guayaquil en la cumbre del
cerro Santa Ana, por pura casualidad haya sido alcanzado el 25 de julio de ese
año. Esta coincidencia ha finalmente beneficiado a la ciudad y ha evitado una distorsión
de fechas históricas.
Por otro lado la historiadora Dora León
Borja, el 25 de julio de 1963 en diario El Universo, admite que pese a la
amenaza, no se mudaron inmediatamente y agrega: “Sin embargo, es solamente en
junio de 1547 que los vecinos de Guayaquil –temiendo las represalias de los
pizarristas de Quito– trasladan le ciudad definitivamente a su actual
emplazamiento”.
Apenas un mes de diferencia existe
entre la fecha que señala la historiadora y julio que sostiene nuestra
hipótesis, que admite la posibilidad que pudo haber coincidido el asentamiento
de Guayaquil en el cerro Santa Ana con la fiesta patronal de nuestra ciudad,
que aun se celebra cada 25 de julio. Hipótesis de difícil confirmación por
cuanto la totalidad del archivo que contenía cien
años de documentos, en que debió constar todo el trayecto histórico de
la ciudad, desapareció en 1633 durante el incendio de
la Casa Consistorial.
Sin embargo, hay un documento que si
bien está fechado 234 años después, es un buen fundamento para creer en tal
coincidencia. Este es el acta del cabildo celebrado en Guayaquil el 24 de julio
de 1781, que consta en el libro de actas Nº 21, que comprende desde 1780 a
1783, que textualmente dice lo siguiente:
“En
este Cabildo se trató sobre la fiesta con que se solemniza el Real Estandarte,
en memoria de la conquista de esta ciudad y su Provincia, cuya función se
verifica el día de mañana veinte y cinco del corriente en que celebra la
Iglesia al Apóstol Santiago”.
¿Qué podría significar aquello de la conquista
de la ciudad y su provincia? Nada más lógico de colegir que a partir del 25 de
julio de 1547, la ciudad quedó definitivamente establecida y afianzada en un
sitio y territorio que le ofrecía una posición segura. Pues no volvió a sufrir
ataques indígenas ni destrucción alguna de parte de ellos.
También Dionisio Alcedo y Herrera,
quien fue nombrado como vigésimo presidente de la Real Audiencia de Quito el 28
de marzo de 1728 y posesionado del cargo el 29 de diciembre de ese año,
escribió en la Pág. 1 de su Compendio
Histórico de la Provincia, Partidos, Ciudad, Astilleros y Puerto de Guayaquil
en las costas de la Mar del Sur, publicado en Madrid en 1741, lo siguiente:
“La
Ciudad de Santiago de Guayaquil, llamada así, porque en el día de este glorioso
Apóstol se acabó la conquista de la Provincia el 25 de julio de 1531”. Dato coincidente hasta cierto
punto, pues el año de 1531 que él señala para el acontecimiento está equivocado.
Recordemos que Santiago se fundó en 1534
Y así establecidos, los guayaquileños
desde este asentamiento estratégico “conquistaron” la provincia al posesionarse
de la gran cuenca del Guayas. Dueños de ambos espacios, a fuerza de trabajo
tesonero iniciaron la riqueza que poco más de doscientos años, convirtió a
Guayaquil en la ciudad más importante de la América meridional.
Desde entonces utilizando el gran sistema fluvial
del Guayas, estructuran la economía del país dominando primero el comercio con
la Sierra centro-norte y sur, y posteriormente el internacional. El Guayas y su
extensa red fluvial fue eje y columna vertebral de la socio-economía de la
Audiencia, y la ciudad-puerto de Guayaquil, la actora y principal motor de
nuestra historia, de la realización de la independencia, de la cultura y las
grandes transformaciones sociales ocurridas en el Ecuador.
Los traslados y mudanzas de Santiago
realizadas entre su fundación el 15 de agosto de 1534 hasta el 25 de julio de
1547, no fueron sino un conjunto de actos jurídicos cumplidos en la búsqueda de
un espacio seguro para afianzarse y crecer. Fueron emplazamientos fugaces en
que los vecinos estuvieron más preocupados por apagar incendios y salvar la
vida que por la trascendencia y permanencia de la ciudad.
[1] María Luisa
Laviana Cuetos, “Guayaquil en el siglo XVIII, recursos naturales y desarrollo
económico”, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos de Sevilla. C.S.I.CCSIC.,
1987, p. 29.
Cuáles eran las motivaciones de Pizarro para estar liderando una rebelión?
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