jueves, 7 de febrero de 2019





Una ciudad fundada que la trasladan: Los avatares de Guayaquil


Esta es una historia que aunque ha sido debatida largamente entre sectores especializados es poco difundida. Incluso, la doctora Dora León Borja y su esposo Adam Szaszdi, luego de muchos años de investigación y fundamentación en documentos originales, han determinado en un extenso estudio que Santiago de Guayaquil tuvo más de una fundación.

Lo que en sentido estricto existió, a partir de esa primera fundación realizada el 15 de agosto de 1534, es que los españoles permanentemente buscaron para esa ciudad fundada un sitio más adecuado que les permita extenderse y consolidar su dominio. A este singular proceso que realizan los españoles, en diferentes momentos, es lo que sin entrar en mayores detalles sobre lo acontecido, llamamos la ciudad que la trasladan o los avatares de Guayaquil. 

Luego de este descanso de 30 días, Benalcázar partió al puerto de Paita donde reclutó gente, víveres y pertrechos: “dicho testigo vino a esta tierra puede haber cinco años, poco más o menos, e que vino a la ciudad de San Miguel e que allí asentó en la capitanía del capitán Sebastián de Benalcázar e que vino con él a estas tierras e provincias de Guayaquile, ques en la Culata”.[1]

 A finales de agosto Benalcázar zarpó de Paita, entró al golfo de Guayaquil, pacificó Puná y remontó las aguas del Guayas en busca de las vertientes andinas que le permitirían el paso a Quito. Por octubre o noviembre de 1535 en virtud del acta de fundación de Santiago de Quito, cuyos documentos portaba, concretó su traslado al asiento indígena llamado Guayaquile, situado a orillas del río de Guayaquil.[2]

En este primer asentamiento quedaron cuarenta españoles que Benalcázar dejó a cargo de los alcaldes ordinarios Antonio de Rojas y Diego de Daza, y se dirigió a Quito para hacer la renovación anual de su Cabildo, cuya reunión se produjo con su presencia el 28 de diciembre de 1535: “que desde las dichas provincias de la Culata e la Puná, el dicho capitán Sebastián de Benalcázar, con la gente que tenía después de pacificadas las dichas tierras e poblada la dicha ciudad, se volvió a esta villa de San Francisco de Quito, e desde aquí hizo apartar mucha gente que consigo traía para ir a dar socorro con ella al capitán Juan de Ampudia que era ido a descubrir las tierras e provincias de Quillasinga”.[3]

En enero de 1536 los aguerridos chonos, habitantes de Guayaquile, rechazaron con violentos ataques a la población española de Santiago, destruyeron el poblado y acabaron con la vida de un número cercano a la mitad de los vecinos. Diego Daza con unos pocos soldados, escapó a Quito para pedir auxilios. En respuesta vino el capitán Diego de Tapia con alguna tropa y trata de restablecer la ciudad, pero al cabo de 40 días de lucha debieron abandonarla a su suerte.

Francisco Pizarro encomendó su reconstrucción al capitán Hernando Zaera quien en 1536 la mudó al sitio llamado Yagual, entre los huancavilcas, donde se le une la fuerza de Gonzalo de Olmos venida desde Daule. Y apenas iniciado el reparto de solares debió trasladarse al Perú a socorrer a Pizarro que se hallaba sitiado por los restos del ejército incaico. Dejando a Rodrigo Vargas de Guzmán encargado como Justicia Mayor.

Ante la retirada de Zaera, en 1537 Pizarro encomendó la reubicación de la ciudad y su reconstrucción a Francisco de Orellana, a la sazón radicado en Puerto Viejo quien la asentó en la comarca de la Culata. Al poco tiempo Orellana volvió a Puerto Viejo para viajar a Lima para socorrer a Pizarro contra los Almagro, donde participó con méritos en la batalla de Salinas, dejando la ciudad a cargo de Juan Porcel como Alcalde.

Después de participar con éxito en esta batalla, y experimentar las secuelas que ella trajo aparejada Orellana fue premiado por Pizarro. Luego de esto, volvió como Teniente de Gobernador de Santiago de la Culata en el segundo semestre de 1538, y en el último trimestre de ese año la reconstruyó en dicho asiento.

Sin embargo, el último traslado de Santiago no fue tan halagüeño. En efecto, los aborígenes nuevamente la destruyeron. El propio Orellana asistido por el capitán Gómez de Puerto Viejo realiza otra mudanza al poblado indígena de Amay. Al poco tiempo Orellana, fue designado Teniente de Gobernador de Puerto Viejo. Donde hasta 1541, luego de años de expoliación a los indígenas, logró reunir los 40.000 pesos pactados con Gonzalo Pizarro para asegurar su participación en la aventura amazónica.

La gran cantidad de vecinos que acompañó a Orellana en esta empresa, dejó a Santiago desprotegida en Amay, por lo cual, los belicosos chonos aliados con los punáes pusieron sitio al caserío. Luego de seis meses de lucha a muerte, en mayo de 1542 el Capitán Diego de Urbina, sucesor de Orellana como Teniente de Gobernador de Santiago, reunió el vecindario y abandonó la ciudad para refugiarse entre los huancavilcas “que eran gente de paz”.

Pero resultó así que no eran tan pacíficos, pues luego de una cruenta lucha, Urbina juntó al vecindario y por la noche subrepticiamente se deslizó aguas abajo en balsas. Y el 20 de septiembre de 1543, Urbina, la estableció nuevamente en el pueblo de Guayaquile, “donde ocho años antes había poblado la ciudad Sebastián de Benalcázar”,[4] “en el asiento e sitio de Guayaquile, junto a la ciudad de Santiago, donde tiene asentado su real”.[5] Desde entonces adquirió definitivamente el nombre de Santiago de Guayaquil y guayaquileños sus pobladores.

De esta inestabilidad de la ciudad de Santiago, impedida de establecerse y desarrollarse, en 1541 se aprovechó el Cabildo de Quito para pedir a la corona que la villa de San Francisco fuese elevada a la categoría de ciudad, lo cual fue concedido ese año.

Mientras ocurrían estos hechos se había iniciado y desarrollado la guerra civil entre los Almagro y los Pizarro, y con el ánimo de defender y justificar las acciones de sus hermanos, Hernando Pizarro fue a España para presentarse ante el rey pero no volvió jamás. El 26 de junio de 1541 Francisco Pizarro cayó asesinado.

En estas circunstancias, Gonzalo, el único sobreviviente de los Pizarro y de esta lucha civil, temeroso del castigo del rey, se alzó en armas contra el soberano español. En diciembre de 1544, ocupó militarmente Santiago de Guayaquil obligando al Cabildo de la ciudad a reconocerlo como Gobernador. Y en 1546, en reemplazo de él designó a Miguel de Estacio Teniente de Gobernador de la ciudad.



[1] Testigo Diego Escobar, probanza de Diego de Sandoval, del 19 de noviembre de 1539, Revista del AHG, número 7, p, 73.

[2] Cuya desembocadura al Guayas se situaba tras la isla Santay, Plano y estudios de Jaime Véliz Litardo, basados en las investigaciones de los historiadores Dora León Borja y Ádám Szaszdi.
[3] Testigo Gregorio Ponce, probanza de Diego de Sandoval, 19 de noviembre de 1539, que consta el la Revista del AHG número 7, p. 73.
[4] Dora León Borja y Ádám Szászdi. Santiago de Guayaquil <1535-1547> El Universo, julio 25 de 1971
[5] “Libro Primero de Cabildos de Quito”, Quito, II pp. 355-357, 1934.

1 comentario:

  1. Estimado maestro...cuando Benalcazar vino de Paita para el golfo de Guayaquil era con el propósito de adelantatse a Pedro de Alvarado que venía de Guatemala a colonizar lo que hoy es Ecuador? Gracias de antemano por su valiosa atención

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