ARTíCULO ANÓNIMO RECIBIDO VIA WHATSAPP EL DIA DE HOY:
17 DE DICIEMBRE DE 1830 MUERE SIMÓN BOLÍVAR, EN SANTA MARTA, COLOMBIA:
Simón Bolivar murió un día como hoy, un 17 de diciembre en 1830, absolutamente postrado, con una terrible tisis pulmonar que según su medico personal, el francés Alejandro Próspero le habia destrozado los pulmones.
Bolívar vivió sus últimos días en la Quinta de San Pedro Alejandrino propiedad del español Joaquin de la Mier, ironia de la vida, murió en la cama de uno de esos, de sus hermanos de sangre peninsulares, a los que había odiado y masacrado tanto, murió en estado deplorable, traicionado por sus cómplices de la destrucción del Imperio Español, quienes le despreciaron e intentaron matarlo varias veces, a Venezuela nunca pudo volver porque la gente de José Antonio Páez quería asesinarlo.
El proyecto de la Gran Colombia por el que habia destrozado el Virreinato de la Nueva Granada y el Perú habian fracasado, Bolívar dejaba a una América destruida, partida en mil pedazos, con luchas internas de las hienas criollas que querian tomar el control de cada pedazo de tierra y montar su república, la economía destruida, los tesoros reales saqueados, un vacío de poder tremendo dejado por España. Desolación, Ruina y Muerte es lo que Bolívar dejaba en América del sur, era tan atroz, la destrucción de América que en sus últimas palabras, Bolivar hizo terribles premoniciones en una carta escrita por él a un colaborador suyo:
“1°. La América es ingobernable para nosotros. 2°. El que sirve una revolución ara en el mar. 3°. La única cosa que se puede hacer en América es emigrar. 4°. Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles, de todos colores y razas. 5°. Devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos. 6°. Sí fuera posible que una parte del mundo volviera al caos- primitivo, este sería el último período de la América”.
Imaginen cuán irresponsable e (……) era este tipo que saca estas conclusiones después de haber destruido un continente, despedazado ricos reinos, entregado esas tierras a intereses británicos y teñido América de sangre por 20 años. Este maldito traidor no tiene perdón de Dios y murió atormentado, como no podia ser de otra manera y atormentado porque dejaba a América partida en mil pedazos escribe la famosa frase: «Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la Unión: ¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro».
Fueron varios días de agonía, Bolivar no tuvo una muerte tranquila; tenía fiebres terribles, acceso de tos con mucha sangre, desasosiego, alucinaciones, rodeado de pocos colaboradores, sin hijo ni mujer que le cerraran los ojos, como debe morir un buen traidor a España.
Intranquilo, convencido de que le acechaban para asesinarle, Bolivar se manifestaba arrepentido durante las negras horas de la agonía: “ABOMINO DE HABER INICIADO UNA GUERRA CONTRA LOS ESPAÑOLES” Le escucho decir su mayordomo Jóse Palacios.
La muerte de Simón Bolivar no generó dolor en Venezuela:
A diferencia de lo que pueden creer ahora los venezolanos, la verdad es que la Venezuela destrozada de la época no lloró a Bolivar, así lo evidencia los periódicos colombianos de la época que destacaron que la muerte de Bolivar genero un alivio en Venezuela e hicieron referencia al gobernador de Maracaibo, Juan Antonio Gómez quien escribió a Páez: “Bolívar, el genio del mal, la tea de la discordia o, mejor diré, el opresor de su patria, ya dejó de existir y de promover males que refluían siempre sobre sus conciudadanos. Me congratulo con ustedes por tan plausible noticia”.
Juan Vicente González estuvo durante años lamentando la indiferencia que mostraba Venezuela hacia Bolivar a dos años de su muerte escribe: “Dos años ha que duerme en paz nuestro Libertador. Ni una voz le acompaña, ni un recuerdo tal vez. Tan fácilmente olvida el corazón del hombre ”y a tres años de su muerte vuelve a escribir ”. “Asistí a la Cámara de Representante por ver lo que hacían los legisladores de mi patria con el Héroe que la creó, y mi alma quedó tan conmovida que hasta ahora no la ha dejado la funesta impresión. Yo vi escoger los colores más negros para retratarle, despedazar sobre sus sienes el laurel de la victoria, arrojar un velo de olvido sobre sus hazañas y cubrir con una nube de improperios sus eminentes glorias. En mi vida podré olvidar este espectáculo”.
Claro porque ni las sabandijas que se montaron en el poder ni el pueblo venezolano quería a Bolivar y asi fue por 50 años.
El 21 de noviembre de 1842 cuando el gobierno de Páez lo llevo de vuelta a Venezuela y lo enterraron en la iglesia Metropolitana junto a sus padres y a su esposa lo sumieron en el olvido hasta 1876 cuando el masón autócrata Antonio Guzmán Blanco da comienzo de ese extravagante culto que ahora los venezolanos le profesan de modo irracional.
Anónimo
Yo José Antonio Gómez Iturralde, que he leído sobre el mucho daño que inflingió al Gobierno Autónomo de Guayaquil y al más grande prócer ecuatoriano, fui invitado a firmar una carta, en unión de distingudos de la ciudad, dirigida a la alcaldesa de Guayaquil, señora Cynthia Viteri, solicitando que a la Avenida Simón Bolívar del Malecón, se le retire ese nombre y se la cambie por Avenida José Joaquín de Olmedo, el ideólogo y gran condudctor de nuestra independencia
Excelente artículo y más aún, vuestra iniciativa del cambio de nombre, para de esta manera resarcir por lo menos en parte,la ignominia de la que fue víctima, un verdadero prócer guayaquileño,como lo fué Don José Joaquín de Olmedo, de no proceder de acuerdo a lo solicitado, la historia se encargará de juzgar su accionar.
ResponderEliminarExelente. Y totalmente de acuerdo!!!
ResponderEliminarInteresante aprender esta parte de la historia que no se nos enseñó en las aulas
ResponderEliminarEsto es lo que se debe enseñar, difundir, es una lástima ahora enterarnos de la verdadera historia y no la que los gobiernos nos inculcaron, creando un falso patriotismo.
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