martes, 31 de julio de 2018




La huella de lo guayaquileño marcada en vida

La llegada de Guayaquil al cerro Santa Ana es el punto que nos interesa a los guayaquileños, En una hipótesis mía, basada en una sesión del Cabildo del 24 de julio de 1783 en la que sostengo, que seguramente por casualidad y pura coincidencia ese asentamiento en esa cumbre su produjo el 25 de julio de 1547 y que tras numerosos avatares, piratas, incendios, plagas, insalubridad se desarrolló una casta de hombres tenaces, luchadores que no los derrotaba ni abatía nada y que nunca dejaron de levantar de las cenizas a su ciudad puerto y defender su posición a como diere lugar.
Esta huella va de lo económico a lo histórico de una ciudad-puerto en continua transición hacia una definición iconográfica y humana que en la actualidad pretende el sondeo profundo de la voz unánime que lo configura y determina; que va, en fin, tras el rastreo, la ampliación, la recuperación y el entendimiento de su mitología y realidad.
A lo largo de su recorrido histórico, Guayaquil se enarbola, primero, desde una perspectiva colonial europea para luego pasar a ser cronotopo histórico durante las lides de la emancipación y después cimiento de disputas ideológicas nacionales y regionales hasta convertirse en el transcurso del siglo XX en escenario de luchas de clase, de tradiciones y cambios, de presencias extranjeras y de aceleración de migraciones locales que ubican a la ciudad-puerto entre lo regional y lo nacional, entre la identidad propia y la globalización, entre los valores de una sociedad de consumo que se desorienta en la ambivalencia y ambigüedad de tener que dar un salto de lo regional a lo moderno y lo posmoderno. En ese transcurrir de siglos, crece el Guayaquil del poder económico, lo oligárquico-burgués crece en la esfera pública, surgen las clases medias y las grandes mayorías.

martes, 24 de julio de 2018




Coyunturas previas al 9 de Octubre de 1820

Al 10 de Agosto de 1809, podríamos considerarlo como un punto de partida del proceso independentista de nuestro país. Aunque, exactamente no, por cuanto, su situación fue muy distinta a la de Guayaquil, pues pese a la determinación del pueblo quiteño y sus líderes por alcanzar una transformación, tuvo grandes limitantes que impidieron su éxito. Pues en ese tiempo, tanto Bolívar como San Martín se hallaban en Europa apenas conspirando e ideando una acción libertadora y el poderío militar español en América se hallaba intacto, por tanto, el alzamiento de Quito habría sido aniquilado en brevísimo lapso.
La invasión de Napoleón Bonaparte a España y la usurpación del gobierno monárquico español, convocó a la formación de juntas patrióticas, que con el mismo objetivo de defender la nación y proclamar la fidelidad al rey, se formaron con las mismas características y finalidades tanto en España, como en varias capitales americanas, entre ellas Quito. No se puede negar que, en el fondo, todas trataron de buscar transformaciones que permitiesen una administración independiente, aunque subordinada a la Península. Pero la falta de apoyo externo e interno y las fuerzas españolas lo impidieron.
No así para el 9 de Octubre de 1820, en que Guayaquil buscó inscribir su proyecto de libertad y alcanzar su independencia en el momento en que Hispanoamérica estaba madura para liquidar los últimos reductos coloniales. Además, el numeroso grupo de republicanos ilustrados dueños del poder económico, que también amaba la libertad y la independencia, y lideraba la ciudad, tuvo un panorama internacional y militar distinto al de 1809, que permitió lograr el éxito:
a). En 1810, mientras España luchaba contra el dominio francés (1808-1813), en importantes ciudades de Nueva Granada se levantó la búsqueda de la autonomía. El 19 de abril marcó el inicio de la revolución venezolana. Chile comienza el proceso de búsqueda de su autodeterminación. En Argentina el pueblo inició ese año la revolución de mayo.
b). Expulsados los franceses del territorio español, Fernando VII entró en Madrid (1814) y en su primer decreto dejó sin efecto la constitución liberal promulgada en Cádiz en 1812, restableciendo el sistema absolutista. Para entonces, todas las colonias americanas se desgajaban del tronco patrio.
c). Lord Cochrane bloqueaba El Callao y dominaba el mar desde el sur de Chile hasta Panamá, imposibilitando toda acción naval española. Además, su presencia en el golfo de Guayaquil estimuló a los habitantes del sur de la ciudad, establecidos en las islas de Jambelí y de El Salado para desarrollar una acción guerrillera.
En dos cartas cruzadas entre el virrey Joseph de la Pezuela y el gobernador de Guayaquil, brigadier general Mendiburu, fechadas 6 y 7 de enero de 1820, consta la presencia de naves enemigas en la “Boca de Balao Grande haciendo agua y leña”. Y la noticia de dos “indios balzeros que apresaron los insurgentes, como también haberse hecho a la vela sus buques que se hallaban en Balao” (f.1 y f.2, Archivo Histórico del Guayas).
La sorpresiva entrada de la escuadrilla chilena al golfo alarmó al gobernador Mendiburu, quien organizó un cuerpo de voluntarios para la defensa, con lo cual se ganó la felicitación del virrey: “por cuyo zelo y actividad doy a usted las gracias, encargándole verifique lo propio con todos los oficiales e individuos del mismo cuerpo, que con tan buena voluntad se presentaron a este importante servicio” (f.5, AHG).
Los amagos de Cochrane sembraron temor en el virrey, ordenando este al “Comandante de los Escuadrones de Milicias Disciplinadas Dragones de Guayaquil” que se apersone por el urgente carenaje de la Prueba: “espero que Vuestra Señoría haiga continuado sus faenas con anuencia del Capitán de ese Puerto hasta recorrer sus fondos que es lo esencial y lo exige la seguridad con que debe salir a la mar; procurando Vuestra Señoría en exercicio a su acto por el mejor servicio de Su Majestad la pronta habilitación de dicho buque para su incorporación a las fuerzas nobeles del Puerto del Callao” (f.6, AHG).
 “He recibido el Oficio de Vuestra Señoría No. 900 en que me da cuenta de hallarse fondeadas entre Punta de Arena y la Boca de Machala dos Fragatas y dos Bergantines insurgentes, y los aviso a Vuestra Señoría para su inteligencia” (f.8, AHG). “Quedo instruido por el oficio de Vuestra Señoría No. 895 hallarse cruzando en el Muerto el Bergantín enemigo que dexo Cocrhan; y se lo avise en contestación” (f.9, AHG).
Estas cartas, más otras que no incluyo por falta de espacio, no dejan duda de que en enero de 1820 había comenzado la lucha independentista que triunfó el 9 de Octubre de ese año. Tampoco de los riesgos que corría la flota de Cochrane, por la carencia de un astillero cercano a las operaciones navales, que lo obligaba a despachar sus naves a Valparaíso. En carta del 20 de diciembre de 1819 las autoridades españolas intercambiaron información sobre el zarpe del navío “San Martín”, la fragata “Independencia” y el bergantín “Araucano”, para reparar averías y carenarse, debilitando su fuerza naval con riesgo de ser sorprendido por la fuerza española. Esta angustia que embargaba a Cochrane está claramente reflejada en el entusiasmo con que el lord inglés acoge la independencia de Guayaquil, diciendo: “la campaña ha principiado bajo los más favorables auspicios; ya tenemos un puerto amigo y un astillero a sotavento” (M.J. Fajardo, 1983).
d). En mayo de 1820 llegó a Guayaquil la noticia que el gran ejército de 10.000 veteranos de las luchas napoleónicas, reclutado desde 1819 y destinado a sofocar la rebelión para retomar las colonias, se había sublevado el 1 de enero de 1820 en Cabezas de San Juan, Cádiz. Liderado por el coronel Rafael de Riego y Núñez, un liberal convencido, quien capturó a su jefe el conde de Calderón y se apoderó del enorme arsenal de la Carraca de Cádiz, que acumulaba el material bélico destinado a la lucha en ultramar (Según Salvador Madariaga, Bolívar había calificado a los sucesos de Cádiz como “un golpe de fortuna loca” porque se pudo evitar el embarque de 10.000 soldados veteranos para enfrentar a las tropas patriotas).
e). El 8 de septiembre de 1820, San Martín desembarcó en Paracas y “apenas habían llegado á Guayaquil las primeras noticias de haber desembarcado la expedición libertadora en el Perú, cuando el espíritu de independencia comenzó a mover los ánimos de los moradores“ (Juan Manuel Restrepo, 1969).
f). Bolívar se aproximaba desde el norte y tenía a Quito en la mira: el 21 de septiembre, antes de la independencia de Guayaquil, se dirige al general español Pablo Morillo: “La continuación de las hostilidades debe producirnos la ocupación del resto de Venezuela y Quito”. Y en el artículo 7º de las bases de la propuesta de armisticio dirigida a Morillo el 26 de octubre, cuando Bolívar aun no conocía de la independencia de Guayaquil, consta lo siguiente: “La división del Sur conservará el territorio que haya dejado a su espalda en su marcha a Quito y conservará las posiciones en que se encuentre al acto de la notificación del tratado”.
Es decir, si meditamos lo ocurrido en torno a estos acontecimientos, no cabe ninguna duda que la revolución guayaquileña madurada por largo tiempo, estaba lista y no podía fallar. Tampoco, sobre su oportunidad e importancia: el 9 de Octubre de 1820 despojó a España de la posesión de la cuña geográfica y estratégica que significaban el puerto de Guayaquil, su astillero y arsenal, para la defensa de Quito y del Perú.
g). Y la última coyuntura que facilitó la independencia de Guayaquil, una sociedad a la cual sobraba decisión pero carecía de militares de línea, fue la oportuna llegada, en los últimos días del mes de septiembre de 1820, de los tres oficiales del batallón Numancia procedentes de Lima. Los capitanes Miguel Letamendi y Luis Urdaneta, quienes habían pedido voluntariamente su baja, que el virrey de la Pezuela, por la desconfianza que sentía hacia ellos, “se apresuró a conceder a los solicitantes para no dejarles espacio ni posibilidad de un arrepentimiento” (Jorge G. Paredes, 2003).
En cuanto al tercero de ellos, León Febres Cordero, arribó a Guayaquil realmente huyendo de la persecución de las autoridades peruanas por sus actividades independentistas. Su presencia en Guayaquil coincidió con los momentos en que se organizaba la ruptura total con el régimen colonial, por lo que necesitaban someter a los cuarteles, pero no tenían militares para hacerlo. Esto provocó la gran acogida expresada por los principales comprometidos: José Joaquín de Olmedo, Luis Fernando Vivero, José de Antepara, José María Villamil, Rafael Ximena,
Juan Francisco Elizalde, Francisco de Paula Lavayen, Francisco Marcos, Francisco María Claudio Roca, Gregorio Escobedo, entre otros.
A estos estímulos debemos sumar que Esmeraldas se rebeló y declaró independiente el 5 de agosto de 1820, pero en forma muy fugaz, pues inmediatamente fue sofocado el movimiento. Dos meses más tarde logró su libertad por la revolución triunfante de Guayaquil y su provincia formada por una parte de Esmeraldas, parte de Bolívar, Manabí, Los ríos, Guayas (Santa Elena) y El Oro Hasta el norte de la provincia de Trujillo. Al igual que muchas ciudades del interior, como Cuenca y Cañar, el 3 de noviembre; Guaranda, el 10; Ambato, el 12; Loja, el 18; con lo cual se destruyeron los cimientos del gobierno colonial.

Nota importante sobre los límites de la Provincia de Guayaquil
El 8 de diciembre de 1762, el teniente coronel Juan Antonio Zelaya, capitán de infantería del segundo batallón del regimiento de Navarra, fue designado gobernador militar de Guayaquil y el 11 de octubre del siguiente año, se presentó ante el Concejo de la ciudad. Al finalizar su periodo en 1771, había dejado bastante bien definidos los linderos de la provincia de Guayaquil: “por el norte con el Gobierno de Esmeraldas, por el este con los Corregimientos de Quito, Guaranda, Latacunga y Cuenca; por el sur con el de Piura y por el oeste con el Mar Pacífico”. Su división política se formaba de once partidos: por el norte los de Ojiva o Babahoyo, Palenque y Balzar, por el sur el de Machala o Puná, por el este los de Naranjal y Yaguachi, por el oeste los de Cabo Pasado, Portoviejo y Punta de Santa Elenaa y los de Daule y Baba al centro (J.A. Gómez Iturralde, Los primeros Gobernadores de Guayaquil, AHG, 2004).

viernes, 20 de julio de 2018


La Aviación Ecuatoriana nació en Guayaquil


Un accidente ocurrido por esa época en Playas con uno de estos hidroplanos fue presenciado por el joven guayaquileño Emilio Ginatta Hidalgo, quien sin citar el año del suceso, por omisión involuntaria, me lo describió así: “Aparentemente un Clipper de Panagra que venía de Panamá presentó una falla durante el vuelo hacia Guayaquil, y el piloto se vio obligado a amarizar muy cerca de la playa en que me encontraba bañándome. Se posó muy bien en el agua, se aproximó a tierra y tan pronto las olas le dieron oportunidad las ruedas del aparato se deslizaron sobre la arena. Luego de desembarcar los pasajeros, el avión al cuidado permaneció de sus tripulantes, mientras llegaba un mecánico desde esta ciudad. Luego de algunos días lo pusieron en marcha, y el piloto se dispuso a decolar”.
“Rápidamente corrió por la playa, y hasta ese momento estuve todos los días junto al Sikorsky S 43, dijo Ginatta, pero parece que el piloto no contó con la inclinación de la playa ni con el agua que la bañaba luego de cada ola. De pronto, metió la rueda derecha en el agua, el avión dio un violento giro y dio una vuelta de campana. Felizmente todos salieron ilesos”.
El 19 de  agosto de 1936, los aviones de Panagra“ San Martín” y “Santa María”, por orden del Departamento de Comercio del Gobierno de los Estados Unidos, realizaron por primera vez un vuelo de estudios nocturno durante dos horas. El año 1936, trajo una inusitada y sorpresiva actividad en los cielos guayaquileños: 15 de febrero, treinta hidroaviones de la Marina de Guerra de los Estados Unidos realizaron un imponente vuelo de cortesía sobre nuestra ciudad. Cumplido lo cual, volvieron a su base de operaciones donde la flota del Pacífico ese país realizaba maniobras en aguas ecuatorianas con la anuencia del Gobierno Nacional.
El 2 de marzo una escuadrilla de seis aviones Curtiss-Trainer, decoló de Guayaquil con dirección a Quito. El 13 de mayo, un avión de la Armada Nacional piloteado por el capitán López Valdivieso intervino por primera vez, en la cobertura de una emergencia, al rescatar desde Salinas al cadete de la Escuela Naval Colón Zapatier Enríquez.
Para el 5 de junio de ese año, se había planificado celebrar en el teatro Edén de esta ciudad, un acto conmemorativo al día del Liberalismo. Durante la mañana una escuadrilla aérea arrojó volantes convocando a la ciudadanía a sumarse a tal evento. El 19, el capitán Nicolás López Valdiviezo hace unas pruebas de bombardeo aéreo con una bombas diseñadas por el ingeniero de la Armada Nacional Antonio Capovilla.
El 28, la aviadora ambateña señora Hermelinda de Briones, realiza un vuelo directo New York-Montreal cubriendo la distancia de 332 millas. El fuselaje y alas de su avión “ßird” ostentaban los colores de nuestro emblema nacional. El 30 del mismo año de 1936, fue creada la Sección de Aviación adscrita a la Subsecretaría de Defensa y se nombra Jefe de la misma al mayor Cosme Renella. El 17 de julio de ese año, Elia Liut fue nombrado director de la Escuela de Aviación Civil, y realiza los primeros vuelos de prueba sobre la ciudad de Guayaquil, piloteando la avioneta “Kleem”.
Según Julio Estrada, en el segundo tomo de su Guía Histórica de Guayaquil, El 21 de agosto de 1937, la aviadora Hermelinda Briones y su esposo, bautizaron con el nombre de Ecuador al avión adquirido en los Estados Unidos. Durante el homenaje que la academia Militar de West Point, rindió al embajador del Ecuador Colón Eloy Alfaro, graduado en ella en 1904. Al momento de la ceremonia, nuestra compatriota realizó vuelos acrobáticos sobre los terrenos de la academia.

Por los primeros años de nuestra aviación, los recursos económicos eran muy escasos, y como consecuencia el aspecto técnico no podía tener un alto nivel, deficiencia por la cual se produjeron accidentes aviatorios con más frecuencia de la que en otras condiciones habrían podido suceder. El martes 9 de mayo de 1939, ocurrió en el centro de la ciudad el más grave ocurrido hasta entonces. El capitán Cristóbal Sandoval, piloto del avión “Diablo Rojo” (era pintado de ese color), en una trayectoria desde el río hacia la parte céntrica tratando de aterrizar en el solar vacío donde había estado el edificio del colegio Vicente Rocafuerte (actual edificio del Correo), rozó los techos de las casas del doctor Juan Tanca Marengo y de la familia Martínez Macías.
De pronto se precipitó a tierra y fue a estrellarse contra el edificio de cuatro pisos, de José Rodríguez Bonín situado en la esquina sureste de las calles Chile y Clemente Ballén. Estalló en llamas justo a la puerta de entrada a los varios pisos que ocupaban algunas familias. Dramático accidente en el que murieron calcinados el piloto y varios miembros de una familia árabe muy respetada en la ciudad.
La compañía Panagra, desde el inicio de sus actividades en Guayaquil aportó ingentes sumas en la construcción del primer campo de aterrizaje, por lo tanto fue la que se encargó del manejo y mantenimiento de su aeropuerto. Por esa razón, con una inversión de tres millones de sucres, inauguró en 1944 la ampliación del aeropuerto. Este privilegio por el cual, Panagra se mantenía como principal responsable del mantenimiento de la pista y del personal de aduana y extranjería cesó por disposición del gobierno militar el 12 de julio de 1963.
El día 11 de ese año, la centralista dictadura militar había derrocado al gobierno de C.J. Arosemena y militarizó la Aviación Civil, y con ello todos los servicios de aeropuertos, control aéreo, etc. Por decreto 1537 de octubre de 1971, otra dictadura militar centralista enemiga de Guayaquil, designó la Escuela Militar de Aviación con el nombre del pionero de la aviación, Cosme Renella Barbatto, actualmente en el balneario de Salinas.
Durante esa dictadura, el centralismo militar, mediante maniobras hecha a través de la Dirección de Aviación “Civil” con estadísticas amañadas y presiones a las aerolíneas casi borró del mapa al aeropuerto de Guayaquil. Esto último es parte de la historia del centralismo sectario y excluyente que ha destruido y destruye la unidad nacional.

INCENDIO EN LA ESQUINA DE CHILE Y CLEMENTE BALLEN
ESTRELLAMIENTO DEL DIABLO ROJO El ” DIABLO ROJO” , era un avion Curtis Osprey, piloteado por el Capitan de Aviacion Cristobal Sandoval, integrante de la mision Aereo-Ecuatoriana, liderada por el Mayor Nicolas Lopez Valdivieso, y habian regresado de Roma en Julio de 1.938.
El Capitan Sandoval era uno de los mejores pilotos, educado en Italia donde obtuvo su licencia de piloto.A tempraanas horas del 8 de Mayo de 1.939 llega a Guayaquil piloteando su avion Curtis Osprey, recien reparado, y que por su color rojo brillante se lo bautizo como el “DIABLO ROJO”.

Llegando a Guayaquil sin novedad, pero en lugar de aterrizar decidio dirigirse hacia el centro de la ciudad, para realizar acrobacias aereas para el publico, quienes nunca habian visto esa clase de espectaculos.
Segun reporte oficial, el piloto pierde el control y pico hacia un terreno baldio, donde hoy es el correo, tratando de evitar mayores consecuencias, pero el ala del avion toco con una rama de un arbol, y cayo para estrellarse en la esquina de Clemente Ballen y Chile, ante la desesperacion de quienes se habian agrupado. Como resultado: 23 muertos, 60 heridos 8 edificios destruidos y cerca de 1 millon de sucres en perdidas.