La Iglesia Católica guayaquileña
La religiosidad entre los
hombres guayaquileños, con las excepciones correspondientes, siempre fue cosa
de poca monta. Tomada muy a lo deportivo, si se quiere mirarlo así. Podríamos decir
que la tendencia a la beatería, tan común en ciudades y pueblos de la serranía,
es un elemento extraño a la cotidianidad del guayaquileño. Es cuando empiezan a
pintar canas y a presentir una muerte más o menos cercana, que tradicionalmente
los varones de estas tierras ribereñas, empiezan a buscar un “acercamiento” a
las propuestas de San Pablo. Y, a manera de “meritorios”, se los puede ver,
diligentemente empeñados en ganar las indulgencias del buen Dios.
En lo religioso, la provincia de
Guayaquil dependió desde 1535 del obispado peruano. A partir de 1539, pasó a
serlo del de Quito. El 4 de mayo de 1755 el Cabildo de Guayaquil planteó al
virrey de Nueva Granada su desmembración del Obispado de Quito, con el objeto
de constituir a esta ciudad en sede episcopal. Pero a nuestros coterráneos de
entonces, como también los de hoy, se les durmió el diablo, pues, los cuencanos
muy calladitos y taimados les birlaron su aspiración. Apenas necesitaron de
catorce años para que, en 1772, fuera erigido el obispado de Cuenca. La
orgullosa Santiago de Guayaquil, la del potencial económico de su enorme
provincia, por la candidez de sus habitantes pasó a depender de esa
jurisdicción eclesiástica y a tributar sustancialmente para la subsistencia de
esta.
Desde 1534, año de la fundación y 1535
del traslado al litoral de la serrana Santiago, la trashumante ciudad debió
tener, si no una Iglesia Matriz, por lo menos una capilla. La presencia de
religiosos en la conquista así lo confirman. En 1547, con la última y
definitiva mudanza de Guayaquil, a la cumbre del cerro Santa Ana, se levantó
allí el primer edificio de la Iglesia Mayor, semilla de nuestra catedral. La
cual, juntamente con el Cabildo se mantuvieron en el cerro, frente a la plaza
mayor, hasta 1639 en que se inició oficialmente en la vida espiritual de la
ciudad. Al año siguiente fue demolida y
trasladada al llano a un lugar provisional hasta ser reedificada en 1650. En
1692 desapareció por el fuego y levantada en Ciudad Nueva en 1695. Creado el
Obispado de Guayaquil en 1838, fue elevada al rango de catedral. El 10 de
agosto de 1924 se colocó la primera piedra de la nueva catedral y se contrató
su diseño con la Sociedad General de Construcciones. La trayectoria de su
construcción pasó por diversas manos: el arquitecto italiano, Paolo Russo, el
español Juan Orús y finalmente el chileno Alamiro González.
El
año 1574 ya se alzaba en la planicie al pie del cerro Santa Ana, el recién
fundado convento de Santo Domingo, que fue el segundo templo de la ciudad. El cual se quemó totalmente en el incendio de 1896.
En la segunda mitad del siglo XVIII, el
progreso de Ciudad Vieja era evidente. En la vecindad del puente que la unía
con Ciudad Nueva se había formado el llamado barrio Intermedio o del Puente.
Ambos sectores formaron una zona densamente poblada, la cual, por estar muy
alejada de la Iglesia Matriz, requirió de facilidades para cumplir con los
ritos. Desde 1773 se resolvió, para beneficio de los residentes, dividir la
ciudad en dos curatos. En 1774, en el espacio que había dejado en Ciudad Vieja
la Iglesia Matriz (Actual Museo del Bombero), se edificó la iglesia de La
Concepción. Al iniciarse el año 1787 se creó una segunda parroquia eclesiástica
con el nombre de Purísima Concepción. Circunscripción que abarcaba todo el
sector norte, incluyendo el barrio de Las Peñas y unas cuantas chozas pajizas
hasta el estero de la Atarazana.
En el viejo barrio del Astillero, que a
partir de 1693 se había iniciado al sur de Ciudad Nueva, en 1785 se levantó el
templo de San Alejo. El padre Salvador Guerrero, mercedario, fue su primer
misionero. En 1827 fue elevada a viceparroquia y en 1865, con El Sagrario y La
Concepción pasó a formar la tercera parroquia eclesiástica de Guayaquil.
El historiador mercedario, fray Octavio
Proaño, afirma que sus cofrades llegaron a esta ciudad en 1537 Pero, la
documentación existente prueba que los mercedarios se establecieron en 1796, en
el lugar en que se levanta el actual templo de La Merced.
El párroco de la novísima
parroquia de La Concepción, doctor Ignacio Olazo, hizo las gestiones ante el
Cabildo para obtener en propiedad dos solares que él había elegido para el
efecto. Se hallaban ubicados en la esquina noroeste de las calles del Tigre
(V.M. Rendón) y de las Maravillas (Pedro Carbo). En diciembre llegaron las
autorizaciones del presidente de la Real Audiencia sobre la localización de la
nueva iglesia y el inmediato inicio de su construcción. Mientras esto sucedía,
la corporación edilicia había designado una comisión para delinear las calles,
que debían quedar en la parte trasera de la iglesia nueva de Ciudad Vieja, a
fin de proporcionar mayor comodidad para su vecindario. En otras palabras, todo
listo para comenzar su establecimiento. Incluso, el 15 de octubre de 1793, se
juntaron a concejo abierto para disponer “los arbitrios menos gravosos que
pudieran proponerse para finalizar la nueva Iglesia de la Concepción y
proveerla de vasos sagrados, y para mentarla sin costo alguno de la Real
Hacienda”.
Mas, luego de tanta gestión y gasto de
saliva, el piadoso Olazo no consiguió su objetivo. Pues nada más llegados, en
1796, los reverendos padres mercedarios, luego de un fino manejo de influencias
se apoderaron de la idea, de sus iniciativas, y de los solares destinados a su
templo. Este lugar tan buscado por el padre Olazo, es el mismo en que la
iglesia de La Merced, dirige sus agujas al cielo. La cual nunca sirvió a Ciudad
Vieja, pues entre las presiones para que desaparezca este sector, estaba el
negarles la condición de parroquia.
En el incendio de 1896, el templo de La
Merced desapareció. El 19 de septiembre de 1897, con la anuencia del
administrador apostólico de Guayaquil, se inició la construcción del nuevo
templo. El 14 de julio de 1898 se erigió canónicamente la parroquia de La
Merced, con el título de La Inmaculada Concepción. En 1934 se dio comienzo a su
edificación en cemento armado, la cual se concluyó el 26 de enero de 1936, que
hasta hoy luce en la ciudad.
Los franciscanos, y su iglesia de
Nuestra Señora de los Ángeles, se instalaron en Guayaquil el 2 de junio de
1603, en la ribera norte del estero de Villamar (actual calle Loja). Se
trasladaron a Ciudad Nueva, e invadieron terrenos fuera del perímetro que el
Cabildo señaló como urbano. Para salvarse del desalojo, celebraron una misa
campal y exhibiendo la Custodia. Amparados en ella impidieron su traslado al
solar adjudicado dentro de los límites de la ciudad. En 1896 se quemó la
iglesia de San Francisco, pero tuvieron la habilidad de cultivar relaciones con
familias pudientes, que vivían en el centro. Formaron un comité, y obtuvieron
los medios para reedificarla en 1902. En 1931, con el mismo apoyo financiero,
iniciaron con la Compañía Italiana de Construcciones, la edificación que,
posteriormente reformada conocemos hoy en la plaza Rocafuerte.
En 1593 se comienza la construcción del
convento y capilla de los Agustinos. Casi desaparecidos en el
siglo XIX, fueron obligados a destinar el convento a una escuela de niñas. La
iglesia levantada en 1840, desapareció en el incendio del 12 de febrero de
1896. En 1899 la reconstruyeron, mas, en el incendio del Carmen, nuevamente
quedó en cenizas. Instalada en los extramuros de la ciudad, que es el lugar en
el que hoy se encuentra, el 21 de septiembre de 1913 se inició el nuevo
edificio que fue concluido el 4 de julio de 1926.
En 1638-1639, se fundó la Residencia de
la Iglesia San José. En 1767 los jesuitas son expulsados. Entre los años 1788 y
1790, se intentó restablecerlos en Guayaquil. En 1866 el P. Miguel Franco, SJ.
inició la construcción de un nuevo templo que fue concluido el 27 de junio de
1867. Pero, el colegio y la residencia fueron reducidos a pavesas, en el
incendio del Carmen. A partir de entonces se procuró su reconstrucción, y, el
17 de julio de 1905, se colocó la primera piedra en su ubicación actual. Su
construcción de cemento armado fue la segunda de esa clase en esta ciudad y fue
inaugurada el 7 de junio de 1907.
Muy interesante Gracias por ilustrarnos
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