sábado, 4 de agosto de 2018




La Iglesia Católica guayaquileña
La religiosidad entre los hombres guayaquileños, con las excepciones correspondientes, siempre fue cosa de poca monta. Tomada muy a lo deportivo, si se quiere mirarlo así. Podríamos decir que la tendencia a la beatería, tan común en ciudades y pueblos de la serranía, es un elemento extraño a la cotidianidad del guayaquileño. Es cuando empiezan a pintar canas y a presentir una muerte más o menos cercana, que tradicionalmente los varones de estas tierras ribereñas, empiezan a buscar un “acercamiento” a las propuestas de San Pablo. Y, a manera de “meritorios”, se los puede ver, diligentemente empeñados en ganar las indulgencias del buen Dios.

En lo religioso, la provincia de Guayaquil dependió desde 1535 del obispado peruano. A partir de 1539, pasó a serlo del de Quito. El 4 de mayo de 1755 el Cabildo de Guayaquil planteó al virrey de Nueva Granada su desmembración del Obispado de Quito, con el objeto de constituir a esta ciudad en sede episcopal. Pero a nuestros coterráneos de entonces, como también los de hoy, se les durmió el diablo, pues, los cuencanos muy calladitos y taimados les birlaron su aspiración. Apenas necesitaron de catorce años para que, en 1772, fuera erigido el obispado de Cuenca. La orgullosa Santiago de Guayaquil, la del potencial económico de su enorme provincia, por la candidez de sus habitantes pasó a depender de esa jurisdicción eclesiástica y a tributar sustancialmente para la subsistencia de esta.

Desde 1534, año de la fundación y 1535 del traslado al litoral de la serrana Santiago, la trashumante ciudad debió tener, si no una Iglesia Matriz, por lo menos una capilla. La presencia de religiosos en la conquista así lo confirman. En 1547, con la última y definitiva mudanza de Guayaquil, a la cumbre del cerro Santa Ana, se levantó allí el primer edificio de la Iglesia Mayor, semilla de nuestra catedral. La cual, juntamente con el Cabildo se mantuvieron en el cerro, frente a la plaza mayor, hasta 1639 en que se inició oficialmente en la vida espiritual de la ciudad.  Al año siguiente fue demolida y trasladada al llano a un lugar provisional hasta ser reedificada en 1650. En 1692 desapareció por el fuego y levantada en Ciudad Nueva en 1695. Creado el Obispado de Guayaquil en 1838, fue elevada al rango de catedral. El 10 de agosto de 1924 se colocó la primera piedra de la nueva catedral y se contrató su diseño con la Sociedad General de Construcciones. La trayectoria de su construcción pasó por diversas manos: el arquitecto italiano, Paolo Russo, el español Juan Orús y finalmente el chileno Alamiro González.

El año 1574 ya se alzaba en la planicie al pie del cerro Santa Ana, el recién fundado convento de Santo Domingo, que fue el segundo templo de la ciudad. El cual se quemó totalmente en el incendio de 1896.

En la segunda mitad del siglo XVIII, el progreso de Ciudad Vieja era evidente. En la vecindad del puente que la unía con Ciudad Nueva se había formado el llamado barrio Intermedio o del Puente. Ambos sectores formaron una zona densamente poblada, la cual, por estar muy alejada de la Iglesia Matriz, requirió de facilidades para cumplir con los ritos. Desde 1773 se resolvió, para beneficio de los residentes, dividir la ciudad en dos curatos. En 1774, en el espacio que había dejado en Ciudad Vieja la Iglesia Matriz (Actual Museo del Bombero), se edificó la iglesia de La Concepción. Al iniciarse el año 1787 se creó una segunda parroquia eclesiástica con el nombre de Purísima Concepción. Circunscripción que abarcaba todo el sector norte, incluyendo el barrio de Las Peñas y unas cuantas chozas pajizas hasta el estero de la Atarazana.

En el viejo barrio del Astillero, que a partir de 1693 se había iniciado al sur de Ciudad Nueva, en 1785 se levantó el templo de San Alejo. El padre Salvador Guerrero, mercedario, fue su primer misionero. En 1827 fue elevada a viceparroquia y en 1865, con El Sagrario y La Concepción pasó a formar la tercera parroquia eclesiástica de Guayaquil.

El historiador mercedario, fray Octavio Proaño, afirma que sus cofrades llegaron a esta ciudad en 1537 Pero, la documentación existente prueba que los mercedarios se establecieron en 1796, en el lugar en que se levanta el actual templo de La Merced.

El párroco de la novísima parroquia de La Concepción, doctor Ignacio Olazo, hizo las gestiones ante el Cabildo para obtener en propiedad dos solares que él había elegido para el efecto. Se hallaban ubicados en la esquina noroeste de las calles del Tigre (V.M. Rendón) y de las Maravillas (Pedro Carbo). En diciembre llegaron las autorizaciones del presidente de la Real Audiencia sobre la localización de la nueva iglesia y el inmediato inicio de su construcción. Mientras esto sucedía, la corporación edilicia había designado una comisión para delinear las calles, que debían quedar en la parte trasera de la iglesia nueva de Ciudad Vieja, a fin de proporcionar mayor comodidad para su vecindario. En otras palabras, todo listo para comenzar su establecimiento. Incluso, el 15 de octubre de 1793, se juntaron a concejo abierto para disponer “los arbitrios menos gravosos que pudieran proponerse para finalizar la nueva Iglesia de la Concepción y proveerla de vasos sagrados, y para mentarla sin costo alguno de la Real Hacienda”.

Mas, luego de tanta gestión y gasto de saliva, el piadoso Olazo no consiguió su objetivo. Pues nada más llegados, en 1796, los reverendos padres mercedarios, luego de un fino manejo de influencias se apoderaron de la idea, de sus iniciativas, y de los solares destinados a su templo. Este lugar tan buscado por el padre Olazo, es el mismo en que la iglesia de La Merced, dirige sus agujas al cielo. La cual nunca sirvió a Ciudad Vieja, pues entre las presiones para que desaparezca este sector, estaba el negarles la condición de parroquia.

En el incendio de 1896, el templo de La Merced desapareció. El 19 de septiembre de 1897, con la anuencia del administrador apostólico de Guayaquil, se inició la construcción del nuevo templo. El 14 de julio de 1898 se erigió canónicamente la parroquia de La Merced, con el título de La Inmaculada Concepción. En 1934 se dio comienzo a su edificación en cemento armado, la cual se concluyó el 26 de enero de 1936, que hasta hoy luce en la ciudad.

Los franciscanos, y su iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, se instalaron en Guayaquil el 2 de junio de 1603, en la ribera norte del estero de Villamar (actual calle Loja). Se trasladaron a Ciudad Nueva, e invadieron terrenos fuera del perímetro que el Cabildo señaló como urbano. Para salvarse del desalojo, celebraron una misa campal y exhibiendo la Custodia. Amparados en ella impidieron su traslado al solar adjudicado dentro de los límites de la ciudad. En 1896 se quemó la iglesia de San Francisco, pero tuvieron la habilidad de cultivar relaciones con familias pudientes, que vivían en el centro. Formaron un comité, y obtuvieron los medios para reedificarla en 1902. En 1931, con el mismo apoyo financiero, iniciaron con la Compañía Italiana de Construcciones, la edificación que, posteriormente reformada conocemos hoy en la plaza Rocafuerte.

En 1593 se comienza la construcción del convento y capilla de los Agustinos. Casi desaparecidos en el siglo XIX, fueron obligados a destinar el convento a una escuela de niñas. La iglesia levantada en 1840, desapareció en el incendio del 12 de febrero de 1896. En 1899 la reconstruyeron, mas, en el incendio del Carmen, nuevamente quedó en cenizas. Instalada en los extramuros de la ciudad, que es el lugar en el que hoy se encuentra, el 21 de septiembre de 1913 se inició el nuevo edificio que fue concluido el 4 de julio de 1926.

En 1638-1639, se fundó la Residencia de la Iglesia San José. En 1767 los jesuitas son expulsados. Entre los años 1788 y 1790, se intentó restablecerlos en Guayaquil. En 1866 el P. Miguel Franco, SJ. inició la construcción de un nuevo templo que fue concluido el 27 de junio de 1867. Pero, el colegio y la residencia fueron reducidos a pavesas, en el incendio del Carmen. A partir de entonces se procuró su reconstrucción, y, el 17 de julio de 1905, se colocó la primera piedra en su ubicación actual. Su construcción de cemento armado fue la segunda de esa clase en esta ciudad y fue inaugurada el 7 de junio de 1907.


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