Durán
Gabriel García Moreno, durante su
primer mandato (1861-1865) construyó los primeros 44 kilómetros del Ferrocarril
del Sur, que partía desde Durán hacia Bucay y aunque no alcanzó a esta
población, fue grande su influencia en el desarrollo del comercio con los
poblados situados a los largo de la vía férrea, motivando un lento pero firme
crecimiento de esta localidad.
Se afirma que el espacio que ocupa el
cantón fue una hacienda de propiedad de una persona muy rica de origen español
llamada Joseph Durán y Maristany, en la que instaló una piladora de arroz y un
hotel del mismo nombre. En razón de lo cual mantenía varias familias de
trabajadores, cuya presencia humana aumentó con el tiempo, llegando a formar un
pequeño pueblo, que en honor a su dueño se lo llamó Durán (Lorena Mora,
periódico IDENTIDAD de la Fundación Miguel Aspiazu Carbo).
El 16 de octubre de 1902, Durán fue
designada como parroquia rural del cantón Guayaquil, decisión que fue
confirmada por la M.I. Municipalidad de Guayaquil en su sesión de Concejo
celebrada el 5 de junio de 1920. Desde esta fecha se la llamó Eloy Alfaro en
memoria del triunfo de la Revolución Liberal y de su gran líder y Presidente de
la República don Eloy Alfaro Delgado. Varias décadas más tarde, alcanzó un gran
desarrollo comercial e industrial gracias a su vecindad con la ciudad-puerto de
Guayaquil, de la que era considerado como una parte integrante enlazada con
ella a través de un numeroso grupo de pequeñas y medianas embarcaciones que
hacían el transporte diario de los pasajeros del ferrocarril y a partir de 1975
por el puente del Guayas o de la Unidad Nacional.
Esta importancia alcanzada le valió
para que en diciembre de 1985, el Plenario de las Comisiones Legislativas
Permanentes, expidiera el Decreto que la elevó a la categoría de Cantón de la
Provincia del Guayas. Decreto de cantonización que fuera sancionado por el
entonces Presidente de la República Ing. León Febres-Cordero Rivadeneyra, el 27
de diciembre del mismo año. A partir de entonces, por varios factores, entre
estos el gran comercio desarrollado como consecuencia del surgimiento de las
urbanizaciones levantadas en los terrenos de las antiguas haciendas Tornero y
Batán, de los cantones Samborondón y Daule, el cantón Durán dio un salto al
progreso.
Como parroquia rural fue testigo a lo
largo del tiempo y de la historia, del paso de tropas en contra o a favor de
los varios mivimientos e intentos transformadores nacidos de Guayaquil. El 22
de enero de 1912 fue sede del Tratado de Durán celebrado entre las facciones Placistas
y alfaristas, liberales radicales, surgidas de la división y debilitamiento del
liberalismo que apoyaban, una a Leonidas Plaza Gutiérrez y otra a don Eloy
Alfaro Delgado. Tratado que fue violado y tuvo un vergonzoso final con el
asesinato de los Alfaro, arrastre de sus cadáveres por las calles de Quito y
posterior incineración de sus cuerpos inertes y destrozados en la “Hoguera
Bárbara”, que para escarnio de la sociedad de entonces, la calificó así el
escritor Alfredo Pareja Diez-Canseco.
Durán se encuentra asentada en la
margen izquierda de la confluencia de los ríos Babahoyo y Daule, en el propio
nacimiento de la ría de Guayaquil, desde cuya posición presenció el
creciemiento de la navegación fluvial. Desde la balsa, la canoa montañera, la chata,
el vapor de ruedas y la lancha de motor de combustión interna, siempre con
miras a acelerar el comercio mantenido con las poblaciones ribereñas de la gran
cuenca del Guayas y con toda la Nación, que tenía a Guayaquil como centro
dinámico de la actividad comercial y económica, que ha marcado la historia de
nuestra ciudad a lo largo de varios siglos.
Cuando se realizaron los primeros
tendidos de la línea férrea, iniciada por Gabriel García Moreno, que más tarde
gracias a Eloy Alfaro uniera con Guayaquil y Quito todas las poblaciones
costeñas y serranas situadas a la vera de la vía (1808). Ahí estaba Durán
recibiendo la influencia de ese importante trajinar humano que a través de los
muelles del ferrocarril iba y venía, de una orilla a otra del Guayas, en los
vapores fluviales que llenaban el ámbito con sus volutas de humo, más tarde la
motonave Guayaquil, los remolcadores Titán y Saranac, las lanchas de Manuel
Granja, llamadas Paquito y Manuelito.
La primera estación de Durán y terminal
del ferrocarril que era administrado por la propietaria, la Guayaquil &
Quito Rail Road Co., empezó a darle vida social y económica a la población. En
la parte posterior del terminal se hallaban los grandes talleres en que se
hacía la reparación y mantenimiento, no solo de las locomotoras y vagones, sino
como centro de comando del mantenimiento de vías enlazado por el servicio
telegráfico del Estado. En ello trabajaban numerosos negros jamaiquinos traídos
para trabajar en la construcción de la vía, sus puentes, etc. Los conocidos
hermanos basquebolistas Sandiford y su hermana la atleta laureada Jacinta,
fueron descendientes de aquellos jamaiquinos que llegaron a nuestro país para
trabajar en la Compañía.
Los habitantes de este otrora terminal
ferroviario que pasan de los ochenta años de edad, aun han de conservar el
recuerdo de aquella época de oro de la Guayaquil & Quito Rail Road Company.
La puntualidad de sus itinerarios, la nitidez y limpieza que primaba tanto en
la estación del tren como en sus vagones. Las instalaciones de Huigra donde
funcionaban las oficinas administrativas, cuyo presidente era el señor Francis
White y entre otros altos funcionarios figuraban los señores William Woods y
Walter Peage.
El hospital de la compañía, que
inicialmente estuvo bajo la dirección del doctor Felipe Barbotó Bustamante y
más tarde a cargo de los doctores Luis
Vela Monsalve y Luis Alcívar Destruge. Las bonitas casas destinadas a los altos
empleados nacionales y extranjeros, construídas de madera eran condiciones que
mostraban una población con vida comercial y social intensa. Buenas escuelas y
colegios, lugares de esparcimiento, piscinas públicas, etc., que dependían
exclusivamente de las actividades del ferrocarril.
En la actualidad Durán es paso obligado
de aquellas personas que viajan a Guayaquil procedentes del centro y sur del
país. La amplia avenida de penetración a la ciudad está conectada directamente
con el puente de la Unidad Nacional, cuya ampliación a cinco carriles por vía, agilitó
el pesado tráfico que fluía por un puente a apenas dos carriles.
La posición de Durán podríamos decir
que es estratégica para su socioeconomía, pues tiene rápido acceso desde otras
poblaciones y varios frentes donde han surgido algunos polos de desarrollo. Y
pese a que en sus suburbios la delincuencia, las invasiones y barriadas de
desorden continúan afectándola, su movimiento inmobiliario tiene cada vez más importancia
y categoría, impulsando el desarrollo de un sector industrial que ha alcanzado
una gran importancia.
Anualmente cada mes de octubre con
motivo de nuestra gran efemérides, en que la mayor parte del litoral
ecuatoriano alcanzó su independencia bajo el nombre de Provincia Libre de
Guayaquil, se organiza la Feria Ganadera, en que son exhibidos los productos
equinos, bovinos, porcinos y otros, obtenidos en las distintas haciendas y
criaderos de Los Ríos, Guayas y El Oro. En la misma fecha, y por la misma razón
se realiza la Feria de Durán, que concentra en sus salas los productos
industriales locales y nacionales, y los bienes del comercio importador. En un
ambiente festivo tienen lugar variados y numerosos espectáculos con artistas
nacionales y extranjeros, eventos que dan motivo a un gran movimiento turístico
que invade el cantón.
La ciudad en sí, tiene varias
manifestaciones de su visible progreso, entre los cuales cuentan el Hemiciclo
Ferroviario levantado en honor de los dos grandes propulsores del ferrocarril:
Gabriel García Moreno y Eloy Alfaro Delgado. También el Club Pedregal, el
malecón Roberto Gilbert en la ciudadela que lleva el nombre de su padre el Dr.
Abel Gilbert Pontón, que como propietario de la hacienda El Recreo, dejó
profundas huellas de su filantropía y el Malecón Ferroviario Dr. Alfredo
Palacio. En lo religioso cuenta con el Santuario del Divino Niño, que los días 25
de cada mes recibe gran cantidad de feligreses devotos. Posee parques con
juegos infantiles, fuentes y bancas bajo la sombra de frondosos árboles que
invitan al descanso y recogimiento frente a la iglesia parroquial.
No cabe ninguna duda que el gran salto
al progreso dado por la comunidad de Durán a partir de la construcción del
puente de La Unidad Nacional, aparte, naturalmente del esfuerzo de sus hijos y
autoridades cantonales, tiene el sello de la gran influencia económica,
industrial y de negocios ejercida desde el mercado, la banca y empresas
guayaquileñas. En justicia, el presente artículo destaca sus logros para el
reconocimiento de toda la nación.
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